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10 de Septiembre de 2013

Conducta suicida y trastornos psiquiátricos en Chile, un estudio poblacional

La conducta suicida puede ser definida como una preocupación o acto que intencionalmente inflija un daño o cause la muerte de si mismo1-3. La conducta suicida comprendida como un continuo que abarca desde la ideación hasta el suicidio consumado pasando por el intento de suicido constituye una importante preocupación de salud a nivel mundial tanto en población adulta como adolescente4. Las lesiones infligidas a si mismo fueron responsables de 1,3% de todos los años de vida ajustados por discapacidad de acuerdo al estudio de carga global por enfermedad del año 20005. Esto representa una pérdida de años productivos de vida en los jóvenes afectando masivamente a la sociedad según la OMS6. En el mundo, el suicidio consumado constituye la decimotercera causa de muerte7 y las tasas de mortalidad en población general varían de país a país alcanzando cifras muy altas en los países de la Europa del Este como Lituania con 51,6/100.000. En Chile, según los datos del Ministerio de Salud, el suicidio consumado presenta un aumento en las últimas dos décadas con una tasa de 4,8/100.000 en el año 1992 hasta 12,7/100.000 en el 2009, es decir, prácticamente se han triplicado las muertes por esta causa en dicho período, fenómeno que también ha sucedido en otros países latinoamericanos8.

Algunos datos indican que la disminución de las tasas de suicidio se relacionaría con el tratamiento de la depresión: prescripciones de antidepresivos y planes para capacitar a médicos en el diagnóstico y tratamiento de la depresión. La caída en las tasas de suicidio en Noruega estuvo relacionada con el aumento de las ventas de antidepresivos no tricíclicos. En Japón 57% de aumento de prescripciones de antidepresivos se correlaciona con menores tasas de suicidio en el período 1999-2003, sobre todo en varones. En Estados Unidos de Norteamérica aparece una correlación positiva entre uso de antidepresivos con menor tasa suicida. Varios estudios informan de la disminución de las tasas de suicidio con programas de educación a médicos generales9.

La conducta suicida no letal es un factor de riesgo potente para el suicidio y para futuros intentos de suicidio10. En relación a la ideación e intento, muy pocos países tienen datos fidedignos7. Estudios poblacionales de ideación suicida arrojan tasas de vida variables, altas como 15,7% en Nueva Zelandia11, 14,8% en Inglaterra12 y 10,9% en Japón13, bajas como en Italia con 3%14. El mismo fenómeno ocurre con el intento de suicidio pero en menor proporción presentando tasas en los estudios poblacionales de 4,5% en Nueva Zelandia, 4,4% en Inglaterra, 1,9% en Japón y 0,5% en Italia11-14.

En Chile los estudios están focalizados en población adolescente escolarizada. Referente a la ideación suicida las cifras son comparativamente mayores a los países previamente señalados, oscilando de 45% a 57,6%15-18; por otro lado, las prevalencias de vida del intento de suicidio son muy superiores a las internacionales con datos de 14,2% a 19%15-18.

Si bien es cierto, no todos los actos de autoagresión buscan necesariamente la muerte, hay una fuerte asociación entre infligirse daño a si mismo, intentos de suicidio y suicidio consumado19. Se sabe que los intentos de suicidio tienden a repetirse y esas repeticiones incrementan el riesgo de un suicidio consumado14. En general se acepta que los intentos son 10 a 50 veces más numerosos que los suicidios20.

Considerando estos aspectos, conocer la prevalencia de las conductas suicidas y su ideación en la población general es fundamental para visualizar la magnitud del fenómeno en nuestro país. La finalidad de este estudio es estimar la prevalencia de los fenómenos relacionados al suicidio y examinar su asociación con factores sociodemográficos y la comorbilidad psiquiátrica.

Fuente: Rev Méd Chile 2013; 141 (10): 1275-1282

http://www.scielo.cl/pdf/rmc/v141n10/art06.pdf