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5 de Noviembre de 2012

Ayuda temprana les garantiza a niños obesos un futuro con menos kilos

Por Frederik Joelving

NUEVA YORK (Reuters Health) – Los programas para adelgazar ayudan hasta a los niños muy obesos y un par de nuevos estudios sugieren que actuar tempranamente sería aún mejor. “Lo que estamos viendo es una tendencia bastante consistente de que si intervenimos precozmente, podríamos modificar la curva de aumento del peso de los niños”, dijo la doctora Elsie Taveras, pediatra de la Facultad de Medicina de Harvard y del Hospital de Niños de Boston, y coautora de un editorial sobre los resultados. En uno de los estudios, un equipo de Holanda mostró cómo los niños obesos de entre tres y cinco años adelgazaban de manera sostenida con una intervención durante por lo menos varios meses. Y un estudio de Suecia demostró que un grupo de menores de 10 años con sobrepeso y obesidad eran mucho más propensos a frenar el aumento de peso que un grupo de adolescentes tratados con terapias conductuales similares. Ambos estudios aparecen publicados en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine. La obesidad en la niñez suele continuar en la edad adulta, en la que está asociada con enfermedades como las cardiopatías y la diabetes. Los CDC estiman que más de un tercio de los jóvenes estadounidenses tenían sobrepeso u obesidad en el 2008. Las cifras de esta epidemia también aumentaron en Europa, aunque todavía son más bajas que en Estados Unidos. El equipo del doctor Gianni Bocca, del Hospital de Niños Beatrix, Groningen, Holanda, estudió a 75 niños obesos que, al azar, recibieron la atención pediátrica habitual (grupo control) o asistieron a un programa intensivo para adelgazar. El programa duró cuatro meses e incluyó 25 sesiones de orientación nutricional, ejercicio y consejería conductual sólo para los padres. Al año del inicio del estudio, los participantes del programa habían engordado unos 1,9 kg, versus 3 kg el grupo control. Aunque esa diferencia podría atribuirse al azar, el equipo descubrió una diferencia estadísticamente confiable: el IMC de los participantes del programa había disminuido una unidad, versus ninguna en el grupo control. Un IMC saludable en los adultos es entre 18,5 y 25 unidades. “La magnitud del efecto, en especial después de la intervención, no fue muy grande, pero hay que tener en cuenta que los participantes estaban creciendo -aclaró Taveras-. Las intervenciones muestran que se puede actuar y que se podría modificar el futuro de estos niños”. Señaló también que los resultados suecos del equipo de Pernilla Danielsson, del Instituto Carolino de Estocolmo, son observacionales, no experimentales. Eso quiere decir que los adolescentes de entre 14 y 16 años que no obtuvieron resultados con la terapia conductual podrían haber sido casos especialmente complejos.

Aun así, Taveras recordó que existen pruebas sólidas de que adelgazar es más sencillo para los niños obesos que comienzan un tratamiento tempranamente. En todo el país existen programas para adelgazar pediátricos y los seguros de salud suelen cubrirlos, según indicó Taveras. El gobierno también está financiando estudios sobre enfoques más exhaustivos para cuidar el peso de los niños.

FUENTE: Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, online 29 de octubre del 2012