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15 de Octubre de 2015

Implementación de programas integrales de VIH/ITS con personas trabajadoras del sexo

Implementación de programas integrales de VIH/ITS con personas trabajadoras del sexo: enfoques prácticos basados en intervenciones colaborativas

Las personas trabajadoras del sexo figuran entre las poblaciones más afectadas por el VIH desde el comienzo de la epidemia hace más de 30 años. Tanto en las epidemias concentradas como en las generalizadas, la prevalencia de VIH es considerablemente mayor entre las personas que ejercen el trabajo sexual que entre la población general. Existen numerosas razones para esto, incluyendo el tipo de trabajo que realizan, las condiciones laborales inseguras, las barreras para la negociación de un uso sistemático del condón y la falta de acceso a servicios de salud adecuados. Además, muchas veces las personas trabajadoras del sexo apenas tienen control sobre los factores citados a causa de su marginación social y la criminalización de su entorno laboral. En algunos casos, la violencia, el consumo de alcohol y de drogas pueden aumentar aún más los riesgos y su vulnerabilidad.

La respuesta al VIH ha cambiado considerablemente en las últimas tres décadas, particularmente en las áreas de prevención, diagnóstico y tratamiento. Lo que sigue faltando es una respuesta respetuosa y comprensiva de las poblaciones marginadas y vulnerables, que incluya a las personas trabajadoras del sexo. Esto se ve en incontables casos individuales, así como en las leyes, las políticas y los reglamentos discriminatorios, incluyendo aquellos que prohíben a las personas trabajadoras del sexo ambulantes, a las personas indocumentadas y las emigrantes el poder recibir medicamentos vitales.

Por lo tanto, todas las personas trabajadores del sexo tienen el derecho humano fundamental de disfrutar de la más alta calidad posible en materia de salud. Esto significa que los proveedores de atención a la salud tienen la obligación de suministrar los servicios adecuados a dicho colectivo, independientemente del estado legal del trabajo sexual y de las personas que lo realizan. Por consiguiente, en virtud de los principios de salud para todos y los derechos humanos fundamentales, los profesionales de salud, responsables de programas y funcionarios nacionales deben asegurarse que todos las personas trabajadoras del sexo tengan un acceso pleno, igualitario y adecuado a los métodos y productos de prevención y a los servicios de diagnóstico y tratamiento del VIH.

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