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3 de Abril de 2013

La presión arterial es un importante marcador de ateroesclerosis subclínica en niños

La prevalencia de las enfermedades crónicas no trasmisibles aumenta en el mundo debido principalmente a la transición nutricional. El sobrepeso y la obesidad constituyen el principal problema y están vinculados, incluso en la edad pediátrica, con síndrome metabólico (SM) y desarrollo de ateroesclerosis subclínica1,2.

La prevalencia de obesidad en Chile según la encuesta de salud 2009-2010 comparada con la del 2003 tuvo un incrementó de 61% a 64,5% en la población mayor de 15 años3,4. La prevalencia nacional de obesidad en menores de 6 años es 9,7%, mientras que en los escolares de primer año de básico (6-8 años de edad) aumenta a 23,1%5,6.

La enfermedad cardiovascular (ECV) constituye la primera causa de muerte a nivel mundial2. En Chile ocupa también el primer lugar en adultos con 25,8%1.

La obesidad en la niñez tiene un amplio rango de complicaciones serias y aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular temprana y muerte precoz en la edad adulta7,8. Contribuye desde la niñez a una mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular del adulto, tales como hipertensión, dislipidemia y alteración del metabolismo de la glucosa9,10. Se propone que la exposición a estos factores de riesgo cardiovascular desde la edad temprana induce cambios en las arterias que contribuyen al desarrollo de la ateroesclerosis en la edad adulta joven11,12.

Junto a la obesidad central, representada por la circunferencia de cintura, esos factores constituyen el llamado SM que en adultos predispone al desarrollo de ECV y diabetes mellitus tipo 2 (DM2).

Para los niños no existe consenso para diagnosticar SM y existen varias definiciones, siendo el criterio de Cook S. et al uno de los más utilizados13. Los componentes del SM han aumentado también en población pediátrica, con presentación precoz del SM14.

La medición del grosor íntimo-medial carotideo, en inglés “carotid intima-media-thickness (CIMT)”, a través del ultrasonido de alta resolución, ha demostrado ser un excelente método no invasivo, seguro y capaz de detectar cambios estructurales como engrosamiento a nivel de las arterias carótidas y predecir futuras enfermedades coronarias e infarto de miocardio en la adultez temprana15. Una revisión reciente de la literatura señala que en niños o adolescentes con factores de riesgo cardiovascular marcados, como hipertensión arterial y dislipidemia severa, o con diabetes mellitus tipo 1, presentan aumento del CIMT16.

En Chile existen pocos estudios de medición del CIMT tanto en niños como en adultos. En el año 2009 se describió que dos o más componentes del SM presentaban una tendencia no significativa a mayor CIMT17. El objetivo del presente estudio fue determinar la asociación de los componentes del SM con el aumento del CIMT en una muestra seleccionada de niños y adolescentes escolares chilenos.

Fuente: Rev Med Chile 2012; 140: 1268-1275

http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872012001000005&lng=es&nrm=iso&tlng=es