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8 de Abril de 2014

Morbilidad materna grave e ingreso a cuidado intensivo. Hospital Clínico Universidad de Chile (2006-2010)

La mortalidad materna es un indicador tradicional de calidad de atención médica para un período determinado, pero actualmente, en países desarrollados, la muerte materna es infrecuente y su tendencia temporal es estable1. Su sensibilidad como marcador de calidad es insuficiente y su análisis aislado induce a subvalorar otros problemas importantes del cuidado médico obstétrico.

La morbilidad materna puede alcanzar a 43% de las pacientes2 y es considerada un espectro continuo de riesgo, con etapas progresivas desde la embarazada sana expuesta a un insulto, a morbilidad leve, moderada, grave aguda, grave con cercanía a la muerte (“near miss“) y la muerte materna3.

Este concepto identifica mejor las causas y factores determinantes de la evolución de una etapa a otra susceptible de intervenir y pudiendo optimizar el indicador en países desarrollados con baja incidencia de muerte materna4.

En Chile, la mortalidad materna descendió a 22 por 100.000 nacidos vivos en dos décadas, pero luego se ha mantenido estable5,6 y se ha planteado que para los países en desarrollo la morbilidad puede ser un indicador útil y su estudio puede contribuir en la disminución de la mortalidad materna7,8.

Las embarazadas que ingresan a Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en su mayoría son casos agudos en condición crítica y riesgo de muerte, que necesitan tratamiento especializado y son un grupo significativo de la práctica obstétrica9.

El objetivo del estudio es describir el espectro de la morbilidad materna grave y aguda que requiere este nivel de manejo médico.

Fuente: Rev Méd Chile 2013; 141 (12): 1512-1519

http://www.scielo.cl/pdf/rmc/v141n12/art03.pdf